Construcción de la Ciudadania

Consumo ilimitado.

La necesidad de organizar la economía según la justicia y el respeto al hombre, a los recursos disponibles y a la naturaleza ya no es sólo una cuestión de opinión moral o política, es algo que todos debemos ser responsable con respecto a lo cotidiano.
La posibilidad de desear de los consumidores es ilimitada; el poder para manipular e influir sobre el consumidor es ilimitado, todo esto no implica que los recursos naturales sean también ilimitados.
La verdad es que el principal enemigo del medioambiente no es la falta de productividad o de legislación adecuada de los países subdesarrollados, sino la competitividad y el consumismo desenfrenado de los países poderosos.
Para revertir los daños al ecosistema y la contaminación, más que promover productividad y leyes, es necesario desalentar la producción infinita, el consumo desenfrenado y tambien, disminuir el bombardeo publicitario y propagandístico que manipulan a los consumidores para comprar.
De la misma forma que luchamos para salvar el planeta de la contaminación ambiental, debemos luchar por desalienarnos de la influencia del discurso publicitario y luchar por la descontaminación de nuestro espacio mental. Sólo de este modo podremos comenzar a transformar verdaderamente a la sociedad global en una sociedad de consumo que sea crítica, que resguarde los valores humanos, sociales y medioambientales, y produzca un mundo más justo, un mayor respeto por la naturaleza y la vida.